La decoración vintage nunca muere. Cada tanto reaparece para llenar de vida todos nuestros ambientes, incluso los rincones más recónditos. Es así como esta temporada regresan los mosaicos, pero esta vez lo hace reinventado.
La decoración vintage nunca muere. Cada tanto reaparece para llenar de vida todos nuestros ambientes, incluso los rincones más recónditos. Es así como esta temporada regresan los mosaicos, pero esta vez lo hace reinventado.
Los mosaicos más que mero diseño y perfecta combinación de formas y colores, son -sin lugar a duda- obras de arte. Su origen se remonta a Grecia e Italia del siglo XVIII. Resistentes, llamativos, de diferentes tamaños, formas y acabados, tranforman y renuevan mágicamente un lugar, debido a su viveza, originalidad y sofisticación, creando un foco de atención en donde estén ubicados.
Además, garantizan dinamismo, ya que es posible integrarlos como complemento decorativo en el espacio, rompen la continuidad de un muro de concreto, pavimento o revestimiento. A su vez, se crean fabulosos juegos de luces y sombras, los que -sin recargar- embellecen y enriquecen los ambientes, sin importar dónde se encuentren.
Hasta hace poco tiempo, solo se aplicaban en baños, cocinas o piscinas con diseños casi iguales y monótonos. Sin embargo, hoy han evolucionado a tal nivel que las combinaciones dependen de la imaginación.
Aunque el mosaico original es en vidrio, actualmente los hay en múltiples materiales. Gracias a esto, se logra mayor versatilidad y creaciones propias con formas y texturas únicas.
Nuestros mosaicos son elaborados bajo altísimos estándares de calidad, los que dan garantía de diseño y durabilidad.